Este verano he estado en Suecia, era mi primera visita al país de Pipi Calzaslargas y la verdad es que me ha fascinado. Me ha llamadoflores jardin mucho la atención la armonía que el país mantiene con la naturaleza, algo bastante común en países del norte de Europa. Hay muchos bosques, lagos y animales salvajes y eso a pesar de que la industria maderera sueca es una de las más importantes. Se ve que han conseguido llegar a un desarrollo sostenible. Nada que ver con el sur de España donde un ladrillo es mil veces más valorado que un árbol, lo más sostenible que existe es el desempleo y lo más salvaje con lo que te puedes encontrar es un gato en la playa de la Malagueta .

En Suecia, para disfrutar de la naturaleza no solo hay que irse a los bosques, la gran parte de las casas tienen jardines bien cuidados e incluso en los pisos de las ciudades no faltan macetas o adornos florales. Si alguna vez os invitan a una casa sueca y no sabéis que llevar, unas flores o una maceta siempre serán un acierto. En las calles y mercadillos podéis encontrar muchos puestos con ramos económicos y coloridos.

Uno de mis lugares favoritos fue Silvik, un pequeño pueblo costero a media hora de Gotemburgo. Es una zona familiar, con mucho encanto que me recordó a la aldea donde vivían los Hobbits, The Shire, de hecho pensaba que en cualquier momento me iba a cruzar con Frodo por allí. La mayoría de las casas están pintadas de diferentes colores, son unifamiliares y, disponen de un porche y un jardín trasero adornados con rosas, girasoles y especialmente dalias y hortensias. Además como está rodeado de bosque y hay poco tráfico es muy normal que se cruce por allí un alce. El lugar ideal para relajarse.

En las ciudades suecas, por ejemplo en Gotemburgo que es donde más tiempo pasé, también las flores y naturaleza son parte

importante. Como en muchos países fuera de España los parques son lugares con extensiones bastante amplias de césped donde la gente va a relajarse y disfrutar. Además la gente engalana las terrazas y ventanas de sus casas con flores, lo que le da un toque de color a la ciudad. Incluso en una zona tan popular como la Haga en Gotemburgo, las cafeterías adornan sus mesas con flores, dándole un toque diferente y divertido, aunque a mí, que soy un poco golosa, me llamaba mucho más la atención los dulces tan apetitosos que vendían.

De Suecia también llama la atención, al menos a una española como yo, los suecos, no me refiero a los zapatos sino a los habitantes. Todos son tan rubios, tan altos, tan guapos y están tan bien hechos, un estilo a Alexander Skarsgard de True Blood. Los que creen en la reencarnación pueden pensar que en una vida anterior fueron dioses y que ahora han bajado a la tierra en forma de suecos, yo no lo descartaría. En cuanto al interior de las casas, todas parecen sacadas del catálogo de Ikea, si no fuera porque sea probablemente la multinacional la que se haya inspirado en el estilo de las casas suecas para diseñar su mobiliario.

Por supuesto Suecia es mucho más que flores, Ikea y suecos semi-dioses, pero eso lo dejaré para que lo descubráis vosotros mismos cuando visitéis el país.